1. ¿Han
sido buenos los gobiernos hasta hoy?
El Salvador existe desde 1821.
Hemos tenido más gobernantes en toda nuestra historia que reyes en toda la
historia del Reino de Inglaterra. Una explicación rápida: la ideología liberal
o individualismo. Nuestros próceres fueron afectados por esta ideología, que
les hacía pensar, por ejemplo, que los indígenas y mestizos eran pobres porque
eran “haraganes”. ¿Cultura? En la época colonial existía en Centroamérica la
Universidad de San Carlos. Ahí estudiaron los que podían. Al entrar el siglo XX
experimentamos “enfermedades” por el contagio de los más grandes países que
padecían muchas más grandes “enfermedades”. Una segunda explicación rápida:
secularismo y socialismo. El olvido de una verdad antropológica como la de
considerar que el hombre tiene alma y cuerpo, ha llevado a guiar los destinos
de las naciones por derroteros materialistas, exclusivamente. Centroamérica y
El Salvador en particular, han gozado de un ambiente bastante evangelizado.
Antes de 1821 teníamos 300 años de evangelización. En 1992 cumplimos 500 años
de evangelización con los demás países del continente americano. Eso es una
realidad que nadie puede quitar de un plumazo. En 1944 terminamos con la
dictadura de Maximiliano Hernández Martínez. Digo terminamos, porque si bien el
General Martínez creó un buen ambiente civil para el desarrollo económico y
social, el hecho de no permitir a los ciudadanos mecanismos para cambiar a sus
gobernantes, hace que me ponga de parte de los huelguistas que hicieron que
dimitiera. He ahí una intervención de la sociedad civil en la modificación de
los que están en el poder. Como estaba el socialismo acechando nuestros países,
y considerando el socialismo la cumbre de todos los errores que la humanidad ha
cometido, los militares y los que ostentaban el poder económico pensaron que
con represión podían “controlar” la situación. ¿Por qué en Costa Rica no
ocurrió lo mismo y eliminaron al ejército con las consecuencias estupendas de
no quemar la inversión del país en combates que no contribuyeron en nada al
desarrollo de El Salvador? Es admirable cómo la llegada del sandinismo al poder
en 1979 hizo que Guatemala, Honduras y El Salvador cambiaran sus regímenes de
militares a civiles. En la década de los 80 vivimos la injustificable guerra de
guerrillas. Era una batalla perdida para los guerrilleros y un sacrificio de
sangre joven y no tan joven con el consiguiente desperdicio de inversión en conflictos
armados. Debemos eliminar todo lo que huela a ejército y con esos recursos,
preparar gente para que nos defienda con sus ideas, sus argumentos y sus vidas.
Duarte fue buena gente, muy católico, pero se rodeó de demagogos que causaron
desastres económicos y corrupción. Cristiani era la “presidencialización” del
poder económico del país, que hizo iniciar el ordenamiento para el despegue
económico que, como el famoso efecto “minuta”, iba a crear un rebalse de los
recursos en beneficio de las grandes mayorías, es decir, en beneficio del bien
común. Sin embargo, la ministra García Márquez pensó muy bien la venta de los
bancos pero no en cómo los salvadoreños más vulnerables podían soportar esas
libertades que sólo los poderosos económicamente podían soportar. Me refiero a
que esa transición de la banca y de muchos recursos productivos a manos
privadas no tiene nada de malo, sólo que el olvido de la situación de muchas
personas fue tan evidente que nunca hubo mayor diáspora hacia el “sueño
americano” que en los regímenes Cristiani, Calderón Sol y Flores. Luego,
Paquito Flores nos hizo amanecer en el 2001 como dolarizados. La verdad es que
las tasas de interés bajaron considerablemente. Fue bueno. Pero la gente se
decía que ganaba en “colones” y gastaba en “dólares”. Esto último es otro
olvido de parte de los que “podían” hacia los que “no podían”, pero que en su
mayoría trabajaban para los que “podían” y les hacían tener el nivel de vida
para que “pudieran”. No podemos olvidar los acuerdos de paz del 1992. La
guerrilla pasó a ser partido político. Los ideales del socialismo ya se habían
caído con el “muro de Berlín”. Sin embargo, cualquier idea que aún hoy se
esgrime y que se llame “socializante” puede atraer masas totalmente engañadas.
Engañadas porque el socialismo que pretendía defender a las masas proletarias u
obreras o trabajadoras, fue su mayor vulnerador en los países que lo
implementaron y que lo sostienen aún como Cuba. A Saca ni lo analizamos, pues
es la transición. Alguien que tuvo inicios de locutor en Canal 4, ¿cómo es
posible que en menos de 30 años sea un millonario? ¿Es un modelo replicable
para cualquier salvadoreño, o hay que estar bien conectado o mamando de los
recursos públicos? Lo admirable del fin del régimen de Saca es que terminó el
31 de mayo de 2009 y ya tenía su finiquito extendido por la Corte de Cuentas el
30 de mayo de 2009. ¿Fueron buenos o malos los gobernantes? Creo que pudieron
haberse preocupado más por el bien común.
2. ¿Es
cierto que el bien común es una realidad? Y ¿Por qué sí o por qué no?
Los que están leyendo esto en mi
blog son del privilegiado 25% que tienen acceso a internet en El Salvador. Me
incluyo, cuando puedo pagar saldo para mi USB de conexión a internet. ¿Qué
cosas me hacen pensar que el bien común dista mucho de lo que quisiéramos
todos, pero, estoy seguro, está a la vuelta de la esquina? El dinero está en
algún lugar. Los activos (hablando contable y financieramente) están en algún
lugar. Los que tienen esos bienes están, en su mayoría, aquí en El Salvador.
Los economistas dicen que la inversión trae más fuentes de trabajo. El trabajo
y el capital se ponen de acuerdo y producen. Se crea la riqueza. Pero esta, al
final, se reparte con criterios que no buscan el bien común. ¿Por qué lo digo?
Porque el bienestar es un estado precario para muchos. Lo importante aquí, es
que es necesario producir. ¿Por qué no se produce? ¿Será la situación
internacional? ¿Será que el Presidente Funes y la Asamblea Legislativa no han
creado las condiciones para que los recursos financieros se inviertan con toda
confianza de volver a recuperarlos con alguna ganancia? ¿Será que no sueltan
los recursos para invertir para presionar al Presidente y al Poder político?
Nadie niega que los zapatos, uniformes y útiles escolares sean un programa que
puede que aumente la Permanencia escolar y disminuya el ausentismo. Pero, ¿cuánto
ha acumulado la economía pública en términos de Producto Interno Bruto, PIB, que
logre más recursos fiscales en forma de riqueza para poder repartirla de este
modo? El Presidente no puede vivir del crédito todo el tiempo, aunque su tiempo
sea tan corto como cinco años. El enemigo del Presidente lo tiene adentro. Así
como todos nosotros. Veámonos en el espejo y veremos que somos nuestro mayor
enemigo cuando no hacemos todo lo que podemos hacer. Nosotros mismos nos
ponemos los obstáculos. Nosotros mismos no nos controlamos. El Presidente no
tiene control de la situación. ¿La han tenido los demás presidentes de la
historia salvadoreña?
3. ¿Qué
haría yo si me tocara gobernar?
Me imagino que en este momento,
el Presidente de la República tiene el siguiente escenario. “Hato, qué vamos a
hacer con los pandilleros que ya no se están matando y esperan oportunidades
para sus familias”. Y Hato le responde: “Mirá, Mauricio, llamemos a los dueños
del capital y que contribuyan a que haya más fuentes de trabajo para que estos
pandilleros y sus familias se inserten al mercado laboral”. Mauricio responde: “me parece bien. Pero, y
los jóvenes que no son pandilleros, que estudian; además, los salvadoreños que
no tienen casa y que se las ofrecimos; por otro lado, ya se nos van a acabar
los cinco años y sólo hemos hecho una “ciudad mujer”; dijimos que el sistema
expulsa los salvadoreños a los Estados Unidos y cómo hacemos para que, si los
despiden, no se vayan a ver si logran el “sueño americano”; también, nuestra
caja de dinero se está quedando vacía para el próximo mes de agosto y no sé si
les vamos a poder pagar a los empleados públicos, nuestra “fábrica de empleos”
secundaria, y hoy con la Asamblea cuesta arriba, cómo vamos a obtener nuevos
préstamos”. Y si se dieran cuenta del
poder de las redes sociales diría: “Hato, ¿le estás contestando todos los
tweets a mis seguidores? ¿Estás actualizando mi muro de facebook para agradecer
las ideas de los ciudadanos sobre todos los temas que afectan al Gobierno?
¿Estás publicando mi estado patrimonial en el sitio de transparencia para que
vean que estoy adquiriendo cosas según mi salario? Carlos, ¿Estoy dando cuenta
de la partida secreta o de todos los sobrantes de presupuesto de las
instituciones para las emergencias u otros? ¿Estoy dando el ejemplo a todos los
funcionarios del Ejecutivo en el sitio web de la Presidencia y en el de
gobiernotransparente.gob.sv acerca de cómo se invierten todos los fondos y a quién
se le paga qué salario? ¿Exijo que hagan lo mismo a los de mi Gabinete? Y,
Alexander, a los vicepresidentes que se meten en propaganda política ¿los vamos
a destituir de los ministerios de la enseñanza pública, pues ya es hora de que
lo hagamos?”. ¿Qué haría yo en su pellejo? En primer lugar, tengo que pensar
que sin entrar al sistema de partidos políticos, poco puedo hacer. Pero existen
nuevas oportunidades. Existen mecanismos para cambiar el sistema. Existe un
mayor acuerdo entre la gente pensante, que está en ese 25% que tiene acceso a twitter
y facebook.
4. ¿Crees
en lo mismo que yo?
¿Crees que es posible ponernos de
acuerdo sobre lo que es importante para nuestro país a través de los blogs,
twitter y facebook? Yo creo que sí. Destierro desde este instante el afán de
poder a toda costa. Que todos estemos de acuerdo en lo que debemos hacer para
lograr el bien común y estar de acuerdo en lo que significa para cada uno, es
suficiente para hacer un sistema que beneficie a nuestra nación y a todo el
mundo.